jueves, 29 de abril de 2010

"Quino: un mensaje social elaborado con creatividad"


Por: Luz María D'Angelo y Yanil Auce.

“Me da mucha pena a mí la gente, cuando voy a los museos y veo que hay visitas guiadas, ver que les tienen que explicar el cuadro que tienen delante, porque le están chafando todo lo hermoso que tiene ir a ver arte: que es tu propia interpretación de lo que estás viendo.”[1]


Comenzaba la Década Infame en Argentina, Adolf Hitler se postulaba para presidente en Alemania y el volcán Descabezado erupcionaba en la Cordillera de los Andes. Mientras tanto, el 17 de julio de 1932, nacía Joaquín Salvador Lavado en Guaymallén, un pequeño pueblo de Mendoza. Fue bautizado con el mismo nombre que su tío pero más adelante, para no confundirlo con éste, lo apodaron "Quino”. Realizó sus estudios primarios en la escuela de Mendoza, donde vivió toda su infancia y posteriormente decidió inscribirse en la Escuela de Bellas Artes de esa provincia. Allí se editaba la revista “Rico Tipo”, en la que el joven Joaquín soñaba publicar algún día sus creaciones.

Tras quedar huérfano, abandonó Bellas Artes para tomar una de las decisiones más rebeldes e importantes de su vida: apostar por la profesión de dibujante humorista.

Cuando cumplió dieciocho años, Quino emprendió viaje hacia Buenos Aires, donde presentó sin demasiado éxito sus dibujos en varias redacciones de diarios y revistas. Años después, en 1954, el semanario “Esto es” le publicó su primera página de humor gráfico. Esa oportunidad le sirvió de plataforma para darse a conocer en otros medios, que pronto lo incluyeron entre sus páginas.

Su carrera también se desarrolló en el terreno de lo publicitario. El recuerdo más significativo respecto de este tema es la campaña de la empresa de electrodomésticos Agens. Esta compañía se interesó por sus dibujos y curiosamente le impuso que los nombres de los personajes para los avisos comenzaran con la letra M. El proyecto no resultó como se esperaba, pero Quino guardó los bocetos, a partir de los que seis años más tarde surgió la conocida tira “Mafalda”. Las primeras viñetas se publicaron en “Leoplán” y después el semanario “Primera Plana” de Buenos Aires contó con los comics de Quino de manera periódica. “A través del personaje de una chiquilina aparentemente inocente y de sus amigos, el dibujante reflexiona sobre la política, la economía y la sociedad en general, siempre con un toque de humor.”[2]

En 1960 se casó pero nunca tuvo hijos. Su luna de miel en Brasil fue el primer viaje que realizó al exterior.

Seis años más tarde se editó un libro que reunía las tiras en orden, lo que hizo que la pequeña Mafalda y su creador comenzaran a hacerse famosos. Empezaron entonces las traducciones a otros idiomas, y los viajes de Quino alrededor del mundo se hicieron constantes.

El artista recibió numerosos premios por su creatividad, ocurrencias y valentía de expresar de forma manifiesta su ideología. Un ejemplo de esa intrepidez es el dibujo que hizo de Mafalda y Libertad para un afiche del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina en la celebración del Día de los Derechos Humanos y el quinto año de la recuperación de la vida democrática en Argentina. “Charles Chaplin mostraba las imágenes de pobreza y te hacía reír mucho. Bueno, yo pretendí un poco seguir esa vía, sobre todo sin palabras[3] aventuró Quino en una entrevista realizada en 2008 por el programa español Tesis del Canal Sur de Andalucía.

Según el propio artista, su escuela la constituyeron los grandes humoristas argentinos. “Entre ellos hay que destacar a Lino Palacio, del que heredó el manejo de la rítmica y una temática amplia y universal; a Oski, a quien debe la disciplina de documentarse antes de dibujar; y a Divito, del que recibió lecciones de dibujo.”[4] De todas maneras, él considera al rumano Saul Steingberg como el humorista más influyente y mejor dibujante gráfico del siglo XX.

Quino es considerado como un humorista que ha logrado, con sus dibujos y pensamientos, convertirse en un sociólogo y comentarista popular. En sus trabajos no sólo predominan los trazos visuales sino que también se ve un mensaje claro en cada imagen que plasma. Su humor es particularmente ácido y hasta cínico, y ahonda con frecuencia en la miseria y situaciones absurdas de los seres humanos, sin límites de clase. De esta manera, hace al lector plantarse de forma crítica frente a la burocracia, los errores de la autoridad, la ineficiencia de las instituciones y la limitación de pensamiento, entre otras. “La nueva generación de gobernantes ha perdido tanto el poder que no les importa nada que se diga de ellos. (…) A estos tíos no se les puede criticar nada porque no les importa.”[5]

El enfoque de Quino ante la realidad, en ocasiones se torna pesimista pero esto no impide que sus historias estén repletas de ternura traducida en los personajes que en ellas aparecen (empleados, niños, amas de casa, ancianos). Inclusive en sus caricaturas de jefes autoritarios y burócratas sin sentimientos se percibe cierta simpatía, por ser a su vez víctimas de sus propias fallas.


“Hace dos años se me ocurrió un tema, porque también es una cosa que me indigna y me preocupa mucho, la violencia de género. Hice una página que no me publicaron porque el agresor era un hijo de su mala madre. Resulta que como yo le había puesto un toquecito de ternura, me dijeron no, acá el golpeador puede quedar hasta simpático para cierta gente, esto no lo podemos publicar[6]

comentó Quino en Tesis.

A menudo, el humor de este hombre encuentra en la sonrisa un canal para enfrentar a la cruda realidad en la que vivimos todos los días.




[1] LAVADO, Joaquín Salvador. “QUINO, EL PADRE DE MAFALDA”, Programa Tesis, Canal Sur de Andalucía. Enero 2008. Entrevista Personal.

Video disponible en Internet en: www.youtube.com/watch?v=IVVt0_8UmDY

[2] Información disponible en Internet en: http://www.mibsasquerido.com.ar/xPersonajes04.htm

Consultado por última vez el viernes 23 de abril de 2010.

[3] LAVADO, Joaquín Salvador. “QUINO, EL PADRE DE MAFALDA”, Programa Tesis, Canal Sur de Andalucía. Enero 2008. Entrevista Personal.

Video disponible en Internet en: www.youtube.com/watch?v=IVVt0_8UmDY
[4] Información disponible en Internet en: http://www.biografiasyvidas.com/

Consultado por última vez el viernes 23 de abril de 2010.

[5] LAVADO, Joaquín Salvador. “QUINO, EL PADRE DE MAFALDA”, Programa Tesis, Canal Sur de Andalucía. Enero 2008. Entrevista Personal. Video disponible en Internet en: http://www.youtube.com/watch?v=IVVt0_8UmDY

[6] Idem.



lunes, 19 de abril de 2010

Letras transportadoras...

Un hombre es mucho,
si es de verdad.
Teniéndolo cerca
podemos ser más.

Me gusta gustarte
me gusta ser yo
me gusta ser débil
y saber qué soy.

Es fácil ignorarme,
aunque puedan mirar
yo me encuentro aquí mismo
donde todos están.

Sólo por tocar
con mis dedos la tierra
saber que soy real
falanges y carnes me pueden componer
y un vientre ya es todo para mi ser.

Es fácil ignorarme,
aunque puedan mirar
yo me encuentro aquí mismo
donde todos están.

"Tema del hombre yo - Pastoral"

miércoles, 14 de abril de 2010

John Lennon, héroe de la clase soñadora...



Tal vez tenga que ver con su niñez, o con el abandono y el sufrimiento.

O tal vez por haber nacido en medio de un bombardeo. O simplemente porque así tenía que ser.

¿Por qué John Lennon se convirtió en lo que se convirtió?




Eso ocurre con pocas personas, y aquí vemos el caso de un hombre que creció con inocencia entre dolor, pobreza, música, amistad y sueños. Claro, por eso se lo suele llamar “el Beatle rebelde”, “el Beatle soñador”, “el Beatle creativo”…

John Winston Lennon nació el 9 de Octubre de 1940 en Liverpool, donde no tuvo lo que se podría denominar una infancia feliz, pero en los 40 años que duró su vida tal vez pudo comprender muchas más cosas que otros que nunca abrieron realmente los ojos. “Living is easy with eyes closed” (vivir es fácil con los ojos cerrados), nos revela en la canción Strawberry Fields Forever.

Se crió con sus tíos, su padre lo abandonó, su madre murió atropellada por un policía ebrio. Tal vez todo eso no determinó su forma de ser y de pensar, pero no se puede negar que sobre todo, se trata de alguien que vino al mundo con algo especial y que sus errores y aciertos nunca iban a ser iguales a los de los demás.

Hoy decimos su nombre y ¿qué pasa? Aparece ese cosquilleo en nuestros oídos, que llevan grabados los más hermosos acordes combinados por él; o ese vuelco del corazón que nos pide escuchar esas simples palabras capaces de responder tantas preguntas.

¿En qué pudo convertirse un chico común que amaba la música como a nada en el mundo? En un mito, un ícono, un ídolo inigualable, tal vez. Alguien con certezas irrefutables para acompañar a todos aquellos que en algún momento abrieron sus almas al simple disfrute de su música.

Y un día llegaron los Beatles, después de un proceso que incluyó a The Quarry Men, Johnny & The Moondogs y John & The Silver Beetles. Entonces ¿qué puede ser mejor que cuatro chicos unidos por la música y sin noción de las dimensiones que podían alcanzar sus creaciones? Cuando sólo vale el placer por algo, los resultados pueden ser inimaginables. Y así fue. Paul McCartney, George Harrison y tiempo después Richard Starkey (Ringo Starr), junto a John Lennon, formaron el grupo musical que cambió la historia de la música, logrando muchas cosas casi sin querer y que, como todo, también tuvo un final por diversas razones sembradas durante aquéllos locos años ‘60.

El amor también encontró lugar en la vida de John Lennon. Tuvo hijos, cambió de ideas, eligió no creer en nada (como lo dice en la canción God), se aisló, se unió… Siempre se halló creando, siempre vivió en movimiento y nunca tuvo miedo de decir las cosas, total ¿qué podía perder? Cuando ya se tiene todo, es como si no se tuviera nada y así es cómo la búsqueda interna y espiritual lo acercó más a su ser y a deshacerse de todo lo ajeno a su existencia.

En 1980 Mark Chapman lo asesinó en New York. Asesinó su cuerpo, pero no su mente ni su alma. Sabemos que el arte nos permite trascender, no limitarnos a ser simples mortales. Y eso es lo que ocurrió: John Lennon fue construyéndose eterno en cada una de sus obras y acciones. Y no hay dudas de que vivió. Porque tal como él mismo le dice a su hijo Sean en Beautiful Boy, “la vida es aquello que te sucede, mientras estás ocupado haciendo otros planes…”



miércoles, 7 de abril de 2010

No (sólo) pienses que estoy loca. Confirmalo.

¿Cuántas veces recordaste un sueño y pensaste que se trataba de la realidad? “No lo soñé”, dijiste. Pero era todo producto de tu andá-a-saber-qué, en la cabeza, y no eras un Redondito de Ricotta ni nada que se le acerque.

“Esta vez lo que en alguna época me amedrentó, se trataba de césped. Era un gran, enorme, gigante SAPO verde, pero hecho de pasto. E intuyo que por eso no me daba ni miedo ni asco. Pero ¿qué hacía? ¿Por qué venía? Traía cloroformo en polvo en una bolsita Ziploc.”

¿Sería para convidarle a Clinton, al Che, o a Washington? Ellos no estaban juntos pero estaban fabricados con lo mismo. Un negativo de retina, y un fondo negro de celuloide. Tuve que anotarlo y continuar después, porque se trataba de esas cosas posadas en el limbo de lo cotidiano, y lo cotidiano fantástico.

Y de golpe, la autopista hacia Brasil, el auto celeste, esa playa blanca, donde alguna vez hubo un muelle y gente divertida… Y un hotel para no dejar salir gente, como “El 5” de Río Tercero durante la dictadura (dicen). No. Esta vez no era ESE hotel, y tampoco estaba lejos. Era aquel hotel del que costaba salir, como pasa en los shoppings, al estilo cápsula con escaleras mecánicas y rejas pintadas con antioxidante. Eso es un choque temporal, y espacial. Y sos testigo otra vez. ¿Cómo vas a salir de ahí si cada vez que recargues energías vuelven a visitarte los lugares a los que no decidiste ir? Sí, lugares visitándote. Nadie dice que sea coherente, pero nadie dice que sea irreal. Es producto de tu mente. Y esta vez no hay conejos blancos…

martes, 6 de abril de 2010

Érase.

Otra vez olvidé lo de los scripts. Y no es casualidad. Me preguntaba por qué uno se acostumbra a lo bueno, y a lo malo también. Claro, prendo la batata y veo que tarda años en iniciar, y sí… Ahora estoy en la nave espacial (obsoleta en unos meses I guess)… Y después lo de siempre. Conformismo, vida, costumbre, bla bla. Pero no queremos volver, somos así, ah sí.

Ver un diskette después de años fue una hazaña, pero ella (la batata, por supuesto) respondió favorablemente ante la llegada del nuevo -viejo- visitante. No se quejó como lo hacía con aquel CD en la época en que las revistas traían de regalo un Compact Disc con alguna idiotez de algo que te gustaba… “Ruido de apareamiento”, así le llamábamos con Guille y demás gente que ni recuerdo. Eran otros tiempos. Y había algo llamado “Los Centauros del Sol”, pero ya me fui por las ramas. Aunque en ese momento uno también se acostumbraba a las cosas. Las patadas de Guille eran moneda corriente, y la lectura interminable de esos Best Sellers, ay… Qué épocas. Creías que el amor era un Sandwich de FIAMBRÍN! ¿Te acordás del Fiambrín? A ellos les hizo mal. A mí no. Ni se me ocurría de qué estaba hecho. Cuando “mejor no pensar” era el lema. Y filmamos esa película que algún día voy a desempolvar y será millones.

Todavía recuerdo el aroma del guión y de Corazón de Bruja, con ese folio gigante y las letras en rosa.

Qué tiempos… Y era entonces cuando deseaba tener un giratiempo. Ja, AHORA es necesario eso. Uno no valora las cosas. Y seguro en años más, diré que todo era mejor antes, es decir, HOY.

Intentaré disfrutar el día entonces, CARPE DIEM, claro claro.

Eso sí: los rollos de papel higiénico nunca se fueron de mi escritorio. Y no creo que lo hagan.

lunes, 5 de abril de 2010

Hola...

UNO

Te confieso un lunar. Y no es por instigar. Me aventuro a declamar en presencia del desierto, que ya no vibran igual las cigarras, que no ríen igual los camellos y que no saben dónde caer muertos los pájaros de tu mente. Oh, me animo a atestiguar.

DOS

Pero la lluvia dirá, si es que las uñas del sol no rajan la tierra, aquello que nunca se animó a decir el mar. Y no es por delirar. Me refiero a los cerezos, a los mozos y a los besos. Y si me permite, madame, daré un paso al rincón. Allí donde los tragos amargos no existen, y los vasos toman aire con personas de vidrio. Porque nunca sabemos quién viene a escupirnos. Mire para arriba y dígame. Estoy en la esquina.


A veces todo es tan difícil...


Difícil como retroceder en pantuflas sin que se te salgan.


Difícil como que llueva para arriba.


Difícil como volver a reír por algo que ya expiró.


Difícil como bailar sobre el agua.


Difícil como continuar un sueño.


Difícil como fotografiar ese sueño.


Difícil como imaginar un color nuevo, y explicar un aroma.


Aún así hay formas de cambiar.


El tiempo de arena

El tiempo de arena
~Alejandro Costas~

árboles que hacen el amor

árboles que hacen el amor
~Alejandro Costas~